CLAUDIO BRAVO 1936 -2011 Valparaíso, Chile

Claudio Nelson Bravo Camus (Valparaíso, 8 de noviembre de 1936 – Taroudant, 4 de junio de 2011) fue un pintor hiperrealista chileno. Fue muy influenciado por artistas del Renacimiento y el Barroco, así como por pintores surrealistas como Salvador Dalí. Vivió y trabajó en Tánger, Marruecos, a partir de 1972. Bravo también vivió en Chile, Nueva York y España. Fue conocido principalmente por sus pinturas de naturalezas muertas, retratos y paquetes, pero también había realizado dibujos, litografías, grabados y esculturas figurativas en bronce. Bravo pintó a muchas figuras prominentes de la sociedad, incluido el caudillo Franco de España, el presidente Ferdinand Marcos y la primera dama Imelda Marcos de Filipinas y Malcolm Forbes. El Museo de Arte de Baltimore, el Museo del Barrio (Nueva York), el Museo de Arte de Honolulu, el Museo Metropolitano de Arte, el Museo Nacional de Bellas Artes (Santiago, Chile), el Museo Rufino Tamayo (Ciudad de México), el Museo Boijmans Van Beuningen (Róterdam, Países Bajos), el Museo de Bellas Artes de Boston, el Museo de Arte Moderno (Nueva York), el Museo Ludwig (Colonia, Alemania), el Museo de Arte Palmer (Universidad Estatal de Pensilvania) y el Museo de Arte de Filadelfia se encuentran entre las colecciones públicas que albergan obras de Bravo. Bravo nació en Valparaíso, Chile, hijo de Tomás Bravo Santibáñez y Laura Camus Gómez. Su padre era un exitoso hombre de negocios que también era dueño de un rancho y su madre era ama de casa. Tuvieron siete hijos: María Inés, Claudio Bravo, Patricia, Ana María, José Tomás, Hernán y Ximena. Uno de sus primeros recuerdos de la infancia es cuando lo subieron a un caballo a la edad de tres años.[1] En 1945, dejó el rancho familiar para ingresar al Colegio San Ignacio en Santiago de Chile, donde destacó en coro, literatura y música. Para mejorar sus calificaciones en matemáticas, física o química, le regalaba un retrato a su maestro. El prefecto, el padre Dussuel, notó su capacidad artística autodidacta y le pagó para que estudiara arte en el taller de Miguel Venegas Cifuentes en Santiago. Finalmente, el padre de Bravo le concedió permiso para tomar las clases y se hizo cargo de la responsabilidad de pagarlas. Bravo estudió con Venegas desde los 11 hasta los 20 años y fue la única formación artística formal que recibió. [1] El estilo hiperrealista en desarrollo de Bravo fue alentado por Venegas, quien era conocido por ser un firme partidario del movimiento realista en Chile. Chile tiene un fuerte vínculo con las artes europeas y no experimentó un gran movimiento modernista como lo hicieron otros países latinoamericanos. [2] En 1954, a los 17 años, realizó su primera exposición en el "Salón 13" de Santiago. Consistía principalmente en pinturas al óleo con algunos dibujos en tiza roja. La exposición recibió buenas críticas y fue considerada un gran éxito. Todas las obras se vendieron, aunque fueron a parar a familiares y amigos.[3] Se involucró mucho en la escena cultural de Santiago y fue influenciado por personas como Luis Oyarzun, poeta y filósofo. Bravo y Oyarzun viajaron juntos por Chile, y Oyarzun actuó como profesor de filosofía, arte y vida. Benjamín Subercaseaux fue otro amigo que animó a Bravo a ampliar sus conocimientos a través de la lectura. En 1955, bailó profesionalmente con la Compañía de Ballet de Chile y trabajó para el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica de Chile y realizó su segunda exposición en el "Salón 13".[1] A los 21 años, Bravo comenzó a hacer retratos en Concepción, Chile, y rápidamente obtuvo muchos encargos. Ahorró sus ganancias y compró un billete a bordo del Amerigo Vespucci para navegar a París. Sin embargo, el viaje fue muy tormentoso y Bravo se bajó en Barcelona y se dirigió a Madrid, donde se quedó. Bravo se estableció en Madrid en la década de 1960 como retratista de sociedad, ganando reconocimiento por su asombrosa capacidad para crear verosimilitud. Su capacidad para representar objetos y formas complejas recuerda a Velázquez. Incluso había un diseñador de vestidos, Balenciaga, cuyos vestidos tenían un aire renacentista. Bravo hizo que las mujeres de la nobleza compraran una de las obras de Balenciaga antes de aceptar hacer su retrato. Un año y dos meses después de su llegada, ya estaba pintando a la hija de Francisco Franco. [1] Su interés por las obras renacentistas y barrocas surgió de sus numerosas visitas al Museo del Prado en Madrid, donde admiró las pinturas realizadas por antiguos maestros españoles e italianos. En concreto, se inspiró en Diego Velázquez para sus efectos de luz, en los estudios de telas de Francisco de Zurbarán, en las naturalezas muertas de Juan Sánchez Cotán, en Juan van der Hamen, que popularizó la pintura de naturalezas muertas en Madrid, y en Luis Egidio Meléndez, que tenía una gran habilidad técnica en el uso de la luz para representar texturas. Bravo murió en su casa de Taroudant, Marruecos, el 4 de junio de 2011, de dos ataques cardíacos. El 8 de noviembre de 2019, Google celebró su 83 cumpleaños con un Google Doodle.[7] Bravo fue célibe durante las últimas 2 décadas de su vida. En una entrevista para El Mercurio declaró: "Eso (el amor romántico) fue muy complicado para mí... soy demasiado apasionado y celoso. Decidí que mis pinturas y mis animales eran mis mejores fuentes de amor. No creo que haya tenido a nadie en mi cama desde que tenía 50 años. Me cansé de eso".[8][9] Bravo fue asistido por Bachir Tabchich, quien primero fue contratado como chofer, pero luego se mudó a la residencia de Bravo con su esposa e hijos y trabajó como asistente de Bravo desde 1979. Tabchich actualmente permite visitas guiadas al Palacio Claudio Bravo, que se encuentra a 10 kilómetros al norte de Taroudant.